Mi tragedia, tu tragedia, su tragedia.... E vualá La Tregedia

Huelga preguntar si has asistido alguna vez a una representación de una tragedia griega en su estado más puro. Si como creo ha sido así, recordarás su estructura escénica y sus elementos básicos: coro y actores.

Del coro se “desprende” el exarconte, el actor, como si dijeramos “la voz disonante”. En principio había sólo uno, creo que con Esquilo se introdujo un segundo y con Sófocles el tercero, vamos un menage a trua modernista, avispao que era el chico, todo por el espectáculo.

El coro se situa, en el plano dramático, a mitad de camino entre los actores y el público: es un espectador de butaca de lujo. Los Coreutas, pueden entablar diálogo con los actores: a estos diálogos líricos se les denomina "Como" y solían aparecer en los momentos de mayor importancia dramática, en cualquier caso, la misión del Coro sería la de comentar la acción dramática, reprochar, animar o impugnar las acciones y palabras de los actores, como los/as comentaristas políticos actuales.

Quizás te preguntes, a qué coño viene todo esto, pues bien, en el reparto de papeles de esta tragedia nuestra que es “el vivir de mala manera”, tu por ejemplo serías exarconte, y yo, sería Coro, ¡un lance patético!, con el absurdo objetivo de lograr la agnición, (que me han dicho que no es otra cosa que el hecho de aprender algo que no se sabía) y que en nuestro caso su conocimiento nos lleva a la desgracia, algo a sí como una peli de "arte y engaño" profundísima en la que los protas serían: tú, en el papel de héroe idealista, algo trasnochado, con jersey negro de cuello alto y coderas de pana, y yo, en el papel de conciencia etérea, con sensual túnica blanca, afectado gesto y maravillosa voz, que recita cual agorera salmodia el fin de los días, “arrepentios, arrepentios... ios, ios, ios”, lo ve todo pero no puede hacer nada por variar la dirección de los acontecimientos.

Si ya sé que no perderas oportunidad para recordarme que se me olvidan la figura del deus ex machina pero a mi ese recurso facilón y simplista “me la suda”, y que el otro gran elemento de la tragedia es la catarsis, o "purgación" de los males. Ahí va, cuando tu personaje alcanze su destino trágico, te hayas rasgado las vestiduras, hayas llorado hasta la sequía, experimentarás el ansiado "alivio", el: "uff, ya pasó”, al fin y al cabo cuando llega el desenlace y “deja de cantar la gorda” siempre se pone fin a la tensión trágica que se ha sufrido… y al cabo de los días, a otra cosa mariposa.

Post scriptum.

Recordar que las personas son terriblemente frágiles es una obligación ética, no lo olvides compañero y el equivocarnos o no con las personas no tiene nada que ver con hacer o no hacer el mal. Equivocarnos con las personas no es un problema moral: es una jodida faena.