martes

La erótica de la madibula. Versión 0

Algo sucede. O bien no sucede. Un cuerpo se mueve. O bien, no se mueve. Y si se mueve, algo comienza a suceder. Y aun si no se mueve, algo comienza a suceder. (Anónimo/a, creo)

Que llueva hoy, según tú, es un aviso, que me duela la mandíbula es un síntoma. Apretar fuerte siempre ha sido un síntoma, una causa-efecto de rabia o frustración mal contenida, anda que si no la llego a contener... “temblad, temblad, malditos” pero antes de perderme en cavilaciones metafísicas y alardear de una eruducción empalagosa (heredera de google y wikipedia) que dejaré para otro momento más inspirado, sólo recordar que es ahí, en el eros y el thanatos de la mandíbula, donde radica la leve diferencia entre tu y yo, porque a mi las que más me gustan son las mandibula asesinas ... “las quijadas”, no esas otras de cristal de bohemia...

Las mandíbulas representan una defensa frente al miedo, antropológicamente hablando. En esta sociedad nuestra está mal visto morder y defenderse con los dientes, agredir a los demás a mordico limpio es un placer sólo reservado para niños y niñas de infantil, por eso algunas de más edad, vale, mucha más edad, las apretamos hasta pulirnos los molares, y todo por un quitame de ahí esas pajas que se te están clavando en el ojo, o algo así... Si no fuera por mi mandíbula ¿quién encajaría los jodidos directos que propina la vida?.

1 comentario:

  1. Anónimo23:44

    hay lugares en que el puñetazo duele menos

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