jueves

Efectos secundarios del “Pues muy bien... Pues bueno... Pues vale...”

Ya sé que es una socorrida frase a la que todos/as recurrimos instintivamente cuando nos hacemos conscientes repentinamente de nuestra propia impotencia para cambiar el rumbo de las cosas; también cuando nos damos cuenta de nuestra pequeñez, nuestra insignificancia en el entorno. Es algo así como dar fe del autorreconocimiento de nuestra limitación, de la aceptación de lo impuesto, del desconsuelo de no ser nada, de no ser nadie. Pues muy bien... Pues bueno... Pues vale...

Hoy me he sentido como hoja que lleva el río, agitada, desorientada, confundida. Es cierto que floto, pero sé que de mala manera, sin el más mínimo estilo. Voy, y no sé dónde, ya me han suspendido cuatro veces en el curso de “Orientación Vital, sin GPS, para torpes”. Me entristezco a veces, no me queda más remedio que doblegarme y acatar, resignarme a lo inevitable, a lo impuesto, a lo cotidiano, si quiero seguir en este lado. Pues muy bien... Pues bueno... Pues vale...

Al menos me queda el consuelo, jodido “desconsuelo” el mío, de poder mostrar mi desacuerdo frontal, íntimo y personal, “por escrito”. Lo cual no deja de ser una ventaja o una estupidez, depende de cómo se mire.

Común empeño el de las personas que buscamos “algo”, todos/as insistimos en hacerle un grueso festón, reborde o vainica, y pintarlo de otro color y tirar “pa´lante”, depende de tu habilidad y creatividad.. Cuando tienes ya unos años y poco oferta, a partir de entonces a partir de ese preciso instante, eres ya consciente de que por mucho que intentes recolocar los trozos de tu sábana esta ya no es la misma y el piojo que en ella vive tiene cruda su existencia. Pues muy bien... Pues bueno... Pues vale...

De verdad no estoy hablando de sentimientos dignos de mentes elevadas. Estoy hablando del puto vacío que se siente, y de la rabia de saberse bien jodida y no saber hacer nada por remediarlo, y, y del ojalá, ese ojalá que vive pegado a los zapatos, del que no nos atrevemos a emanciparnos sin que nos embargue el pavor, y la desgana de intentar ya cualquier cosa que me importe una mierda. Pues muy bien... Pues bueno... Pues vale...

Y así se me va el tiempo, de espaldas, acodada en esta cotidianeidad absurda, mirando las copas al trasluz, mareada ya de tantos cohetes de feria falsos. Y las cervezas a tres euros porque estamos en un pueblo de mierda, en la capaital son más caras, mirando cómo otros/as se tragan de todo y observaban mi presencia como una especie de aparición mariana. Pues muy bien... Pues bueno... Pues vale...

Y así se me va el tiempo, sin despedirse, como si fuera un tres de marzo cualquiera, y me deja sentada como siempre de espaldas a la puerta, pido una cerveza, como podía haber pedido una guillotina o cianuro light. La cuestión es pedir, a estas alturas estoy convencida de no poder llegar a un antro peor del que estoy, mi propia vida. Pues muy bien... Pues bueno... Pues vale...

El camarero, un tipo enorme que en otra vida pudo ser asesino en serie, pero que en esta es monitor de musculación en un gimnasio, que consigue levantar más de 100 kg sin mover ni una ceja y hacer 20 dominadas abiertas sin ni siquiera sudar, me sirve un. ¡hola que tal! con un tono que a mi me suena cuando menos irónico. Con lo suceptible que estoy cualquier tono me suena sardónico, fatal Gilipoyas, le dije, demasiado tarde…(en verdad no le dije nada, le besé y sonreí, como siempre). Pues muy bien... Pues bueno... Pues vale...

No sé si he explicado por qué las bienintencionadas palabras no me ayudan, mi egoismo y mi urgencia me traicionan. ¡Tu también Brutus, hijo mio!. Adivínese el vacío infinito, el salto imposible para separarme de mi mal genio, y el valor añadido de este esfuerzo, que conste. No quiero más personajes tras los que correr, aunque me entrene a fondo, de veras.

Ps.
Para proyectos, futuros y poetas en ciernes remito:

Cerrar podrá mis ojos la postrera / sombra que me llevare el blanco día, / y podrá desatar esta alma mía / hora, a su afán ansioso lisonjera; /Mas no de esotra parte en la ribera / dejará la memoria, en donde ardía: / nadar sabe mi llama el agua fría, / y perder el respeto a la ley severa. / Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido, / Venas, que humor a tanto fuego han dado, / Médulas, que han gloriosamente ardido, / su cuerpo dejará, no su cuidado; / serán cenizas mas tendrá sentido; / polvo serán, mas polvo enamorado.

1 comentario:

  1. Anónimo22:36

    ¿a este poeta le dejas intentar ser amigo? mediré mis palabras bonitas, lo juro

    bs

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